martes, 9 de julio de 2013

Los otros clásicos IX - Fray Melchor de la Serna


Para espantar –o al menos amenguar– la turbadora desazón en que nos sumieron las severas tribulaciones espirituales de don Francisco López de Zárate (vid. entrada anterior), bueno será apelar a la musa festiva, deslenguada y transgresora de otro religioso libertino que bien puede competir, en agudezas y procacidades, con el ya glosado fray Damián Cornejo (vid. entrada IV). Profesor de latín en la Universidad de Salamanca, traductor de Ovidio y predicador de merecido renombre, el vallisoletano fray Melchor de la Serna se hastió de los melindres neoplatónicos que atenazaban a la muchedumbre de poetas petrarquistas de su época, y emprendió una audaz y briosa exploración poética de las múltiples variantes que proporcionan los placeres de la carne. Y algo debía de saber –por no decir mucho– acerca de todo esto el virtuoso fraile benito, porque en su afamado Jardín de Venus sorprende al lector con el tratamiento de temas y motivos eróticos tan inusuales en la lírica su tiempo como el amor sáfico, el ménage à trois o la masturbación femenina; y, de paso, nos deja informaciones tan valiosas como la que recibimos al leer este soneto, en el que descubrimos que el “depilado brasileño” no es patrimonio exclusivo del pubis femenino contemporáneo.

IX.- Fray Melchor de la Serna (s. XVI - s. XVII).

Rapándoselo estaba cierta hermosa,
hasta el ombligo toda arremangada,
las piernas muy abiertas, y asentada
en una silla ancha y espaciosa.

Mirándoselo estaba muy gozosa
después que ya quedó muy bien rapada,
y estándose burlando, descuidada,
metióse el dedo dentro de la cosa.

Y como menease las caderas,
al usado señuelo respondiendo,
un cierto saborcillo le dio luego…

Mas, como conoció no ser de veras,
dijo “¡Cuitada ya! ¿Qué estoy haciendo?
¡Que no es esta la leña de este fuego!”

1 comentario:

  1. Si no supiera de la erudición que se gasta en la casa de Abascal, pensaría que este es uno más de los geniales sonetos del Conde. Qué modernidad. Parece recién hecho.

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